Cuando piensas en Saint-Tropez te viene a la imaginación, gente famosa, glamour, yates, playas de arena blanca, clubs exclusivos y también galerías de Arte es famosa por ser una pequeña ciudad que está en el sur de Francia, llena de magníficas regatas, lujosos yates y cafecitos donde te puedes tomar una taza de café francés con un croissant o un pastel y disfrutar la brisa marina.
Y estas son algunas de las razones por las cuales teníamos altas expectativas en conocer esta pequeña ciudad Por lo tanto decidimos ir a festejar el día del padre o sea el 19 de junio en el Bateau que te cruza de San Rafael a Saint-Tropez.
¡Llegando lo primero que te encuentras son una cantidad de veleros y yates espectaculares! sigues caminando para pasear por sus estrechas callecitas con tiendas y galerías muy similares a las de Cannes o Mougins.
Es de rigor comer en uno de sus pequeños restaurantes en donde las mesitas son de 50 x 50 cm. y casi están sobre la calle, pero eso si con mucho charm o savoir fare como decía mi amiga Argentina (que ahora tiene 93 años) “el saber vivir” las mesitas siempre con sus manteles impecables, sus copas muy bien colocadas y una preciosa vajilla en donde además puedes beber una copa de vino o champagne por casi el mismo precio de una botella de agua Perrier o agua natural, por la tarde antes de tomar el Bateau de regreso a Cannes no te puedes ir sin comer un pastelito en las cafeterías que están enfrente del muelle, a la mayoría de los franceses les encanta comer la Tarta Tropézienne, también conocida como “ La tarta de Saint-Tropez En estas fechas está lleno de turistas muchos de ellos franceses, dicen que gran parte de la población francesa trabaja durante todo el año para ahorrar e irse de vacaciones, aunque en sus pequeños departamentos nada más tengan una televisión vieja, una cama, una mesa, un ropero y una silla muy destartalada.
Las francesas generalmente comen pequeñas porciones; y tal vez esa es una de las razones por la cual sean unas de las mujeres que más tiempo viven. ¿Cuándo estamos sentados en algún cafecito en Cannes que hay muchos como en todo Francia, muy frecuentemente vemos viejitas solas caminando a mil por hora como todos los franceses muy pensativos tal vez recordando que hace tiempo perdieron su juventud? ¿Algunas de ellas su entusiasmo por la vida? ¿Sus amores? ¿Su familia? pero eso sí conservando su glamour francés.
Y eso es lo que hace la diferencia en nuestro País México, ¡tenemos unas playas que son de las mejores del mundo, si no es que las mejores! pero nos hace falta darle ese glamour, crear grandes expectativas para los turistas y crear nuestro propio savoir fare.
¡Y eso nos lo da La Educación, La Cultura y El Arte!
Au revoir desde Cannes
Profa. Mayra Núñez Perea