Por Mayra Núñez P.
Desde los inicios de la humanidad, el ser humano siempre ha investigado y perseguido la felicidad.
Según Aristóteles, la felicidad no es un punto de llegada, sino un camino de constante crecimiento y autorrealización. Dice que la felicidad se revela en una vida guiada por la razón y enriquecida por las virtudes, como la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, virtudes que no sólo moldean nuestro carácter, sino que nos permiten interactuar de manera armoniosa y efectiva con el mundo que nos rodea.
El creía firmemente que la felicidad se alcanza a través de la realización de las virtudes en la vida cotidiana de acciones concretas y racionales.
En la actualidad, los gobiernos se han dado cuenta de la importancia que tiene el que las personas puedan disfrutar de bienestar y felicidad. Por eso, una resolución del 12 de julio del 2012 de la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó el 20 de marzo como el “Día Internacional de la Felicidad”, que se celebra desde 2013.
Este día tiene como objetivo reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos, y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno, al reconocer el importante papel que desempeña la felicidad en la vida de las personas de todo el mundo.
Definiciones actuales sobre la felicidad
Según el diccionario de la Real Academia Española, la felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física.
Los investigadores que analizan la felicidad sugieren que es una sensación de bienestar subjetiva que puede significar cosas muy diferentes, según de quién se trate. La felicidad es una valoración subjetiva personal; lo que hace felices a algunas personas es distinto de lo que hace felices a otras.
De acuerdo con la autora Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de Riverside, California, la felicidad tiene tres componentes: El primero, corresponde a un 50 por ciento de componente biológico/genético: las personas tienden a ser más positivas cuando vienen con una genética de optimismo, de alegría y positivas de su vida y de lo que les rodea. Otras personas, en cambio, tienden a la pena, la melancolía y el pesimismo.
Un 10 por ciento corresponde a las circunstancias, que a veces podemos o no cambiar.
Y el 40 por ciento más importante depende de nosotros mismos, de las actividades que realicemos de manera intencional, ya que la felicidad se construye día a día.
Tenemos la libertad de decidir ser felices. Y si sabemos que 40 por ciento depende de nosotros, podemos tomar acción y empezar un camino que aumente la percepción de la vida.
Sin embargo, es como los milagros: existen, pero no suceden solos, se crean.
Definiciones de grandes Filósofos sobre la Felicidad
Las grandes bendiciones de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. El sabio se contenta con su suerte, sea cual sea, sin desear lo que no tiene.
Séneca
Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado; si estás ansioso, estás viviendo en el futuro; si estás en paz, estás viviendo en el presente.
Lao Tzu
La felicidad es como una mariposa: cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro.
Henry David Thoreau
Por Profa.: Mayra Núñez Perea
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